(Edmund Burke)
Aunque varias veces he señalado
los peligros de aprender historia con la novela histórica, sería un ciego si no
viera hasta qué punto el género despierta las inquietudes de los lectores. Por eso,
porque hay que dar la batalla a la Post-Verdad, en cuanto Antonio Pérez-Henares Chani me envió la orden de reclutamiento, me presenté en su cuartel. Compartiré
trinchera con el propio Chani, así como con Calvo Poyato, Eslava Galán,
Posteguillo, Arsuaga, Fanjul, San Sebastián, De Arteaga, Martínez Laínez, Lara,
García de Cortázar, Corral, Maeso y Sierra.